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Cyn Cortés

Emociones después del embarazo



Actualmente ya no se habla de depresión postparto, sino más bien de depresión perinatal, ya que la depresión puede empezar desde el tercer trimestre del embarazo hasta el primer año de vida del bebé, siendo más frecuente en los primeros 6 meses postparto.

Es importante mencionar que ante un malestar emocional como tal, dejarle por mucho tiempo va a provocar que se instale

Es común ver mujeres con depresión común y que su en inicio fue uno posparto.

Cómo te das cuenta de esto? Primero con la evaluación psicológica. Pero la más obvia es que tu hijo ya cumplió un año y la depresión continúa

Es más.. hay ocasiones en que ni siquiera es posparto

Sino que el cambio en estilo de vida provoca que aflore un trastorno depresivo que ya había sido desarrollado con anterioridad

Como mujeres, debemos de estar informadas para poder reconocer los síntomas si alguna vez se llegaran a presentar. El embarazo, el parto y el puerperio son periodos en los que se involucran muchos cambios hormonales, físicos y del estilo de vida, por lo que TODAS estamos expuestas de presentar alguna enfermedad mental durante este periodo. La frecuencia de la depresión en mujeres embarazadas es del 20%, o sea que 1 de cada 5 mujeres embarazadas tendrá depresión postparto.

Ante los cambios durante el embarazo y puerperio, algunos síntomas pueden llegar a ser normales, a esto se le conoce como BABY BLUES —> se presentan las PRIMERAS DOS SEMANAS después del parto por la presencia de picos hormonales muy importantes, pero los síntomas son NORMALES, transitorios, como parte de la adaptación a los cambios y desaparecen solos. En estas dos semanas un alto porcentaje de mujeres puede sentir mucha ansiedad, preocupación, ganas de llorar a veces, así como miedo ante todos los cambios.

Son síntomas menos graves que NO AFECTAN de manera importante a la paciente, ya que sigue siendo funcional y capaz de cuidar a su bebé. Es normal sentir miedo o preocupación de vez en cuando ante los cuidados y nuevas responsabilidades que conlleva tener un bebé; así como sentirse más irritables y cansadas por la falta de sueño y ocasionalmente con ganas de llorar, lo importante y la gran diferencia con la depresión postparto es que estos síntomas van disminuyendo en pocas semanas hasta que desaparecen por si solos con la adaptación a estos cambios. Por lo que hay que estar pendientes, porque si ciertos síntomas continúan o aumentan después de 2 o 3 semanas se debe descartar con la evaluación de un médico (de preferencia psiquiatra) que no haya evolucionado a depresión postparto.

Los síntomas a los que las mujeres deben estar alerta son: mucha irritabilidad, desesperanza (sentir que nada nunca va a mejorar), pensamientos negativos hacia si misma (que serás pésima mamá, incluso que fue un error ser madre), cansancio extremo (a pesar de a veces poder dormir un poco), problemas familiares por más discusiones, poca tolerancia, miedos irracionales, ganas de llorar y mucha tristeza la mayor parte del tiempo, dejar de hacer actividades que antes disfrutaban hacer, aumento o disminución en el apetito y en el sueño (pueden ser los dos extremos o dormir mucho o dormir poco), rechazo hacia el bebé, (no atender su llanto, escuchar el llanto del bebé y querer salir corriendo y no estar al pendiente de los cuidados), miedo de estar sola con el bebé, miedo extremo de que algo malo le pase al bebé, y por último como síntomas de mayor gravedad pensamientos de muerte e ideación suicida, pensar que la única solución es morirse.

No necesariamente hay que medicar siempre, cuando se trata de una depresión leve, se pueden tratar solo con psicoterapia (principalmente terapia cognitivo conductual). Sin embargo en los casos de moderados a graves donde hay disfunciones más fuertes en áreas de la vida como familiar, social o laboral lo más recomendado es tratar con medicamentos; actualmente existen muchos antidepresivos que si son compatibles con la lactancia 🙂

De hecho la lactancia como tal libera oxitocina y ayuda a fortalecer el vinculo con el bebé por lo que es una gran ayuda en este tipo de situaciones.

Lo más importante es el tiempo y si los síntomas aumentan con este y empiezan a generar más disfunción para cuidar al bebé, para interactuar con su pareja, amigos o familia como lo hacía antes, que se empiece a aislar y sobretodo que tenga pensamientos de ya no querer vivir por lo que empiece a tener conductas de riesgo como mayor impulsividad, que se involucre en más peleas, que consuma alcohol o drogas o que vaya a lugares peligrosos o por último que intente hacer algo para quitarse la vida... son los principales síntomas de gravedad.

Mamás, la maternidad NO es perfecta. Es necesario hablar las cosas ya que si nosotras estamos bien el bebé también lo estará.

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